martes, 24 de julio de 2012

EL CAJON DEL OLVIDO:




Aunque soy fiel seguidor y casi adicto a la planificación, reconozco que ésta puede llevarnos por un mal camino y consumir más tiempo del necesario,  apartarnos de los objetivos principales,  hacer ver más contratiempos y limitaciones de las que normalmente debemos identificar en el proyecto que intentamos llevar adelante.

La planificación en exceso es un factor desmotivador,  más aun cuando trabajamos en equipo, puede ocasionar una desmejora generalizada del trabajo que se viene desarrollando, es altamente contagiosa y desgasta los cimientos en los que se intenta apoyar el proyecto.

Dentro del equipo puede generarse una desmotivación colectiva que conllevará a  un aburrimiento, abandono de los objetivos e incluso un abandono colectivo de los miembros.

Al final un buen proyecto queda relegado al cajón del olvido o simplemente un buen día a la papelera de reciclaje.

Es importante señalar que la planificación de un proyecto presenta un ciclo, tal cual como el ciclo de un producto, se debe materializar la idea  cuando la misma está en el punto de crecimiento, si permitimos que el proyecto madure sin haber realizado acciones reales mas allá del papel,  será inevitable el declive y simplemente nuestro  proyecto navegará en el barco del olvido.

Para muchas personas el hecho de no haber podido llevar a cabo un proyecto podría conducir a una frustración, que interfiera con su  espíritu emprendedor e incluso sus objetivos personales, considerando todo el tiempo invertido como perdido y un rotundo fracaso.

¿Qué podemos hacer para evitar esto?

•    Actuar cuando sea el momento de mayor fuerza de la planificación, cuando todas las piezas encajen.
•    Someter al proyecto a una prueba piloto, sacarlo a la luz.
•    Dar el primer paso; seleccionar algunos clientes y contactar con ellos, exponerle la idea, presentar los objetivos, etc.
•    Cambiar la rutina con el equipo, mostrar resultados que se puedan tocar y sentir.
•    Dinamizar las actividades diarias con los miembros del equipo.
•    Permitirnos soñar con lo que haremos con nuestras ganancias.

Lo más importante y que nunca debemos olvidar es que  el proyecto es parte de nosotros, si lo olvidamos será como abandonar algo que realmente nos importa.

No permítanos que entre  en ese cajón, seguir adelante pues ya hemos llegado muy lejos y no hay mejor momento para comenzar que hoy… Adelante
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